Era un lindo y pequeño guinita
la saqué de su tierno nido
para traerla a mi dulce lado
y verla juguetear contenta.
Libre y alegre como el viento
entonaba una dulce melodía
y verla como el fuego la consumía
dejando tan sólo un lamento.
Ya no acariciaré más sus suaves plumas
no contemplo sus patitos de algodón
ni tampoco siento tu piquito juguetón
y a sabiendas que no te veré más.
Ya no estarás más junto a mí
para cantar y jugar conmigo
como aquellas tarde de domingo
y hoy sólo un recuerdo queda ti.
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