Hoy he vuelto a rezar
en mi momento de tristeza
a sabiendas que Dios me va a escuchar
de nuevo en mí nace la esperanza
En toda mi oración meditaba
en mi vieja alegría sincera
porque Dios siempre me escuchaba
en todo lo que mi corazón le pidiera.
Pero malos pasos me alejaron
y él ya me había elegido
dándome su gran bendición
y perdonando todos mis pecados
Cuando tropecé y me caí
desperté entre sus brazos
y con alegría divina la oí
y con ternura estaba ahí
acariciándome en su regazo.
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